Informaciones Psiquiátricas 2024 - nº 256 81 a abordar todos aquellos aspectos de la vida de la persona que se pueden ver afectados por el TB. En este sentido, cada vez es mayor la literatura científica que evalúa la eficacia de los programas psicoeducativos como una forma de conseguir, además de la estabilidad sintomática, la reducción del nº de episodios y hospitalizaciones, o del tiempo total que la persona pasa en fase aguda7, la mejoría de otras áreas como la calidad de vida8. Además, otros autores9 señalan la psicoeducación y las intervenciones grupales como algunos de los factores determinantes para la adherencia al tratamiento. En este sentido, desde el Centro de Salud Mental y Adicciones (en adelante, CSMiA) de Gràcia, perteneciente al Hospital Mare de Dèu de la Mercé, se ha potenciado recientemente el desarrollo de una atención grupal a nivel ambulatorio, ofreciendo grupos terapéuticos tanto para trastorno bipolar como otras patologías consideradas dentro de los trastornos mentales graves (p.e. trastorno obsesivo-compulsivo o esquizofrenia). Esta aproximación grupal, no demasiado extendida por el momento en recursos sanitarios públicos, constituye un novedoso cambio de paradigma en la atención ambulatoria, que podría consolidarse en el futuro como un aspecto fundamental del tratamiento integral de estos trastornos. La terapia grupal psicoeducativa descrita en este trabajo ha intentado seguir las recomendaciones de la literatura, incorporando aquellos aspectos contemplados en programas de psicoeducación, ya fueran en formato grupal o individual, que han demostrado ser eficaces en el manejo del trastorno bipolar. En este sentido, Javadpour et al.4 plantearon una intervención llevada a cabo en 8 sesiones semanales de 50 minutos de duración, en la que los participantes recibían psicoeducación individual sobre los siguientes temas: (1) entender el TB y su etiología; (2) familiarizarse con los síntomas de manía e hipomanía; (3) entender signos de depresión y otros episodios psicológicos; (4) trabajar la conciencia de las causas del TB y su pronóstico; (5) educación sobre el funcionamiento, tipos y efectos secundarios adversos de los fármacos estabilizadores del ánimo; (6) y sobre los fármacos “antimanía” y antidepresivos; (7) información sobre los riesgos del abandono terapéutico y (8) detectar señales de alarma y estrategias de prevención de recaídas. En la misma línea, en un estudio sobre la eficacia de un programa psicoeducativo grupal en trastorno bipolar, Colom et al.7 planteaban una intervención mucho más exhaustiva, con 21 sesiones de 90 minutos de duración en la que se abordaban cuatro grandes áreas del trastorno: conciencia de enfermedad, adherencia al tratamiento, detección temprana de síntomas prodrómicos y recaídas, y regularidad en el estilo de vida, siguiendo las directrices del manual de Colom y Vieta10. Otra aproximación interesante es la de Michalak et al.8, que en un estudio sobre la mejora de la calidad de vida de los participantes con TB a través de un programa psicoeducativo de 8 sesiones semanales, combinaban la psicoeducación en contenidos como la definición del trastorno, medicación y otras intervenciones terapéuticas, y los factores psicosociales, familiares e interpersonales que influyen en el TB, con dos sesiones no estructuradas de debate abierto donde se incluían participantes de ediciones anteriores. EXPERIENCIA DE UN GRUPO PSICOEDUCATIVO EN TRASTORNO BIPOLAR
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