68 Informaciones Psiquiátricas 2024 - nº 256 Conclusiones El propósito del actual estudio era investigar, analizar y sintetizar los efectos de la intervención de las terapias contextuales sobre el trastorno por consumo de sustancias y su relación con la desregulación emocional en adultos. Para hacerlo, se realizó una investigación sobre las diferentes publicaciones nacionales e internacionales publicadas los últimos años que han focalizado su objeto de estudio en esta temática. Varios estudios con resultados significativos han surgido en la investigación, dando fuerza a nuestra hipótesis y destacando la importancia de realizar nuevas investigaciones futuras. En los últimos años, las terapias contextuales o de tercera generación han ganado importancia como posible tratamiento para mejorar las adicciones a sustancias (Axelroad et al, 2011; Azizi et al., 2010; Bowen et al., 2009; Linehan et al., 2002, Shorey et al., 2017; Villagrá y González, 2013, Zgierska et al., 2008; Witkiewitz et al., 2013). Aunque las investigaciones sobre estas terapias aún están arrancando, la evidencia encontrada hasta el momento es realmente prometedora. En esta revisión bibliográfica hemos encontrado que los tratamientos con más evidencia científica dentro de las terapias de tercera generación para esta población son la DBT, la ACT y la MBRP. Entre estos, la terapia dialéctico-conductual, con un programa de tratamiento orientado directamente sobre la desregulación emocional, fue el tratamiento de tercera generación más frecuente, apareciendo en ocho de los diez estudios encontrados. En la actual revisión, de forma global hemos podido obtener suficiente evidencia que apoya a nuestro objetivo principal de estudio. Podemos afirmar el potencial de la intervención mediante terapias de tercera generación para tratar tanto los trastornos adictivos como para abordar los mecanismos subyacentes de desregulación emocional. Consecuentemente, podemos concluir que la desregulación emocional tiene una gran influencia en la población con problemas de consumo de sustancias (Gross, 2002; Kober, 2014; Linehan et al., 2007; Thorberg y Lyvers, 2005). Como ya hemos mencionado anteriormente, muchos de los individuos con problemas de consumo utilizan las sustancias como herramienta para gestionar la desregulación emocional. La falta de habilidades de regulación emocional se ha identificado con un factor de riesgo para los adultos con trastorno por abuso de sustancias (Gross, 2002; Kober, 2014). Así, trabajando sobre ella y desarrollando habilidades de gestión de la misma, se pueden obtener numerosos beneficios tanto a nivel preventivo como a nivel de intervención y mantenimiento de la abstinencia. Por lo tanto, priorizar la intervención sobre esta habilidad es de primordial importancia para reducir la incidencia de los daños directos e indirectos que las adicciones pueden provocar. Es por eso que en futuras líneas de trabajo se propone centrarse en la utilización de herramientas de regulación emocional a nivel de prevención primaria, para evitar adicciones posteriores. En esta línea, los resultados evidenciados por la intervención de la terapia dialécticoconductual resultan favorables en la disminución de la gravedad del consumo de los usuarios, consiguiendo evidencia significativa tanto para la abstinencia como para el Miriam Rodríguez Moreno
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