INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 256

56 Informaciones Psiquiátricas 2024 - nº 256 al. (2019) y George (2015) tienen una duración de 6 meses. Referente al total de instrumentos utilizados, se identificaron 28 instrumentos diferentes, siendo los más específicos para evaluar la regulación emocional el ‘’Difficulties in Emotion Regulation Scale’’ (DERS) y el ‘’Emotion Regulation Questionnaire’’ (ERQ). De esta manera, la escala DERS se aplica en todos los estudios (Amirian et al., 2018; Bilican et al., 2022; Cavicchioli et al., 2019; Cavicchioli et al., 2020; Daros et al., 2024; Flynn et al., 2019; George, 2015; Maffei et al., 2018; Wilks et al., 2018), exceptuando el estudio de Reazei et al. (2019), en el que su lugar utiliza la escala ERQ. Por lo que concierne al perfil de consumo de los participantes, en tres de los estudios se intervino sobre población con diagnóstico de dependencia al alcohol (George, 2015; Maffei et al., 2018; Wilks et al., 2018). Cinco de los estudios ampliaban su intervención a población diagnosticada con trastorno por consumo de sustancias (Amirian et al., 2018; Bilican et al., 2022; Cavicchioli et al., 2019; Cavicchioli et al., 2020; Flynn et al., 2019). Finalmente, un único estudio basó su intervención en población con dependencia a opioides (Reazei et al., 2019). Finalmente, acerca de los resultados obtenidos en los diferentes estudios se puede concluir que estas intervenciones basadas en terapias contextuales muestran una consistente capacidad para mejorar la regulación emocional y reducir el consumo de sustancias. En primera instancia, se destaca que estas terapias muestran una notable capacidad para mejorar la regulación emocional, independientemente de la gravedad inicial de los problemas de consumo (Cavicchioli et al., 2019; Maffei et al., 2018; Reazei et al., 2019). Además, en todos los estudios se observa una tendencia consistente hacia la reducción del consumo de sustancias, la abstinencia y la gravedad de los trastornos adictivos con la aplicación de estas intervenciones terapéuticas (Amirian et al., 2018; Bilican et al., 2022; Cavicchioli et al., 2019; Cavicchioli et al., 2020; Daros et al., 2024; Flynn et al., 2019; George, 2015; Maffei et al., 2018; Rezaei et al., 2019; Wilks et al., 2018). Este resultado respalda la idea de que las mejoras en la regulación emocional están estrechamente vinculadas a una disminución en el comportamiento adictivo y sugiere que abordar los aspectos emocionales puede ser clave en el tratamiento de las adicciones. Otro punto a mencionar es la mejora en la práctica de mindfulness (George, 2015) y el uso de habilidades de DBT (Flynn et al., 2019), lo que contribuye a una reducción en el afrontamiento disfuncional y una mayor confianza en el manejo de emociones difíciles. Esto sugiere que estas terapias no solo impactan directamente en el comportamiento adictivo, sino que también promueven el desarrollo de habilidades de afrontamiento adaptativas. Asimismo, en última instancia, entre los estudios seleccionados, no solo se ha observa una reducción del consumo de sustancias y una mejora de la desregulación emocional, sino que también se han obtenido otros resultados muy importantes. Diferentes estudios han encontrado una reducción en los síntomas psicopatológicos asociados, como la ideación suicida, la depresión y la ansiedad (Bilican et al., 2022; Daros et al., 2024; Miriam Rodríguez Moreno

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