46 Informaciones Psiquiátricas 2024 - nº 256 consumo (Bowen et al., 2014). Así, debido a la importancia que tiene en el tratamiento de las adicciones detectar situaciones de riesgo, esta terapia permite aprender a identificar esos primeros síntomas a partir de la mejora en la consciencia interna y externa. Esto lleva a una mejora en la autoeficacia del paciente y al entrenamiento de habilidades de afrontamiento. Varios estudios han demostrado su eficacia, permitiendo a los pacientes aumentar la aceptación y tolerancia a sus estados físicos y emocionales, y reduciendo así su necesidad de calmar el malestar mediante el consumo y gestionando mejor el deseo del mismo (Bowen et al., 2009; Zgierska et al., 2008; Witkiewitz et al., 2013). A partir de esta información, vemos los beneficios más significativos de diversas terapias contextuales que, con relación a la desregulación emocional y al trastorno por consumo de sustancias, se pueden pronosticar mejoras terapéuticas mediante el uso de éstas. Por lo tanto, la actual revisión pretende proporcionar una visión integral de la relación entre desregulación emocional y adicciones desde la perspectiva de las terapias contextuales. Marco teórico La regulación y la desregulación emocional La regulación emocional es un concepto complejo que abarca una gran variedad de habilidades y procesos. En su esencia, se trata de gestionar y ajustar el estado afectivo ya sea en términos de intensidad, calidad o duración. Este proceso puede ser tanto consciente como inconsciente, e implica una serie de componentes internos y externos. Por un lado, implica aspectos intencionales como la conciencia emocional, la identificación y aceptación de las emociones, la generación de nuevas experiencias emocionales y la reinterpretación de pensamientos angustiantes. Por otro lado, también incluye procesos automáticos o no intencionales, así como la capacidad de modular las respuestas emocionales de manera flexible para adaptarse a las demandas del entorno. Así, por lo tanto, podríamos considerar la regulación emocional como la capacidad de cambiar, ajustar o mantener nuestras emociones de acuerdo con las circunstancias, ya sea de manera consciente o inconsciente, para poder responder emocionalmente de manera apropiada al contexto en el que nos encontramos (Werner y Gross, 2010). También es importante destacar su definición desde las terapias contextuales. Desde estas terapias, se define como aquellas interpretaciones que los individuos realizan sobre su malestar emocional. Para ello, deben emplear diferentes recursos orientados a la flexibilidad psicológica, recordando que ésta está en función de las respuestas fisiológicas, cognitivas y conductuales que llevan a la aceptación del sufrimiento emocional. Como resultado, la desregulación emocional se convierte en un factor de riesgo para las situaciones de sufrimiento emocional, dado a que la emoción ejercerá un efecto desadaptativo sobre la cognición y la conducta (Cabada et al., 2022). Miriam Rodríguez Moreno
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