INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 254

Informaciones Psiquiátricas 2024 - nº 254 65 En relación con las complicaciones físicas frecuentes en personas ingresadas en UCI se encuentra la debilidad adquirida en la UCI (DAUCI). Las manifestaciones clínicas de DAUCI pueden incluir dificultad para desconectar el ventilador, dificultades para hablar o tragar y debilidad generalizada de las extremidades. La DAUCI se subdivide en desacondicionamiento muscular, polineuropatía del paciente crítico y miopatía del enfermo crítico, las dos últimas de las cuales pueden coexistir como neuromiopatía del paciente crítico7. El deterioro físico está presente en el 25-80% de los adultos supervivientes de la UCI. Es incluso más prevalente entre los supervivientes de sepsis8, posiblemente debido a la implicación de citoquinas inflamatorias en la patogénesis de la DAUCI9. Las afectaciones cognitivas asociadas al SPCI pueden manifestarse como déficits en la memoria, la función ejecutiva, el lenguaje, la atención, las capacidades visio-espaciales y la velocidad de procesamiento10. La disfunción cognitiva ocurre en el 70-100% de los pacientes al alta de la UCI. Entre el 46% y el 80% todavía persiste un año después, y el 20% después de 5 años, particularmente después de la recuperación del Síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) o la sepsis11. Entre las alteraciones cognitivas, la presencia de delirium suele ser muy frecuente. El delirium en personas ingresadas en la UCI se ha identificado como un factor que influye de manera negativa en el pronóstico, con repercusión a nivel funcional y psicosocial12. El estudio Brain de 2013 con más de 800 pacientes de la UCI reveló que una duración más prolongada del delirio, pero curiosamente no un coma, aumentaba el riesgo de deterioro cognitivo un año después del alta13. No obstante, el delirium es una condición de salud reversible, el tratamiento del cual puede mejorar el pronóstico de recuperación funcional a niveles de autonomía basales previos14. El SPCI también incluye deterioros en la salud mental de la persona. Los más frecuentes son la depresión en aproximadamente el 30% de los sobrevivientes, la ansiedad en el 70% y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en 10 a 50%15, que se caracteriza por recuerdos intrusivos que surgen de una combinación de eventos reales después del alta de la UCI. Estas secuelas psiquiátricas pueden derivar de la experiencia aterradora, deshumanizante y aislante que sufren por el propio ingreso en la UCI. También es frecuente la exposición repetitiva al dolor y el malestar físico, así como una sensación general de desorientación y confusión que surge de la sedación prolongada o del delirio. La exposición a agentes sedantes durante la estancia en la UCI y el recuerdo limitado de la experiencia en la UCI también aumentan el riesgo de problemas de salud mental posteriores. Al mismo tiempo, la aparición de recuerdos traumáticos intrusivos y pesadillas durante la hospitalización puede presagiar problemas que persisten después del alta16. En investigaciones sobre ingresos en UCI por SDRA, se han informado impactos psicológicos adversos. Incluso después de 2 años son prevalentes el TEPT (22% -24%), la depresión (26% -33%) y la ansiedad general (38% -44%)11. Por otro lado, hay que destacar que durante la estancia en UCI se pueden ver afectados los sistemas sensoriales de los usuarios, lo que puede provocar cambios conductuales, cognitivos y físicos. La deprivación sensorial en la UCI puede ser causada por el TERAPIA OCUPACIONAL EN LA UCI Y USO DE TECNOLOGÍA MULTISENSORIAL

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