INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 249
Informaciones Psiquiátricas 2022 - n.º 249 33 síntomas; sin embargo, los médicos pueden recurrir más a la gestión farmacológica que el manejo no farmacológico de estos síntomas. Entre los fármacos psicoactivos, el uso de ISRS en pacientes con antecedentes de hipo- natremia clínicamente significativa (5,6%) es otro hecho importante a mencionar, ya que son fármacos de primera línea en la depre- sión. Se recomienda la evaluación del sodio sérico antes y después del inicio del fármaco, ya que no hacerlo constituye una PPI y por tanto una mala práctica que puede desenca- denar otras complicaciones en pacientes vul- nerables como los con demencia. Otro punto que mencionar es el uso prolongado de neuro- lépticos como hipnóticos a largo plazo en la enfermedad de Parkinson y como hipnóticos a largo plazo. Son ampliamente utilizados en nuestra población para el control de los sín- tomas conductuales en la demencia y como alternativa al insomnio; sin embargo, pueden causar sedación, hipotensión, con caídas se- cundarias y síntomas extrapiramidales. Encontramos el uso de fármacos sin indica- ción médica evidente en el 19,4% de nues- tros pacientes. Aunque esto no forma parte de los criterios STOPP, decidimos añadir este criterio porque puede ser una práctica común mantener la inercia clínica de no suspender el tratamiento, a pesar de no tener una in- dicación médica clara en el momento de la evaluación. Esto puede ocurrir especialmente cuando diversas especialidades intervienen en las decisiones sobre el tratamiento o en situaciones en las que las consultas de segui- miento no siempre son realizadas por el mis- mo especialista, como es el caso de nuestro centro académico. Al igual que estudios anteriores (8, 11, 27, 28), se encontró una asociación significativa entre la polifarmacia y la PPI en nuestros re- sultados. Hudhra et al. sembraron un mayor riesgo de PPI asociado con cada unidad de aumento en el número de medicamentos re- cetados en pacientes mayores. Se encontró una prevalencia de PPI del 16% en pacientes con 3 fármacos frente al 35% en aquellos con 7 a 9 fármacos y el 54,4% en sujetos con >12 fármacos (27). Del mismo modo, tanto Sönnerstam (28) como Barry (8) informaron de una asociación significativa entre tener un mayor número de medicamentos recetados y tener una o más PPI en pacientes con dete- rioro cognitivo y demencia. Lau et al. tam- bién sembraron una asociación significativa entre la polifarmacia y la PPI utilizando los criterios de Beers, independientemente del diagnóstico de demencia (11). La presencia de polifarmacia aumentó las posibilidades de PPI en nuestros pacientes, con una OR de 2,29 (IC del 95%: 1,01-5,21). Cabe destacar el hecho de que el promedio de medicamen- tos recetados en nuestra población fue de 5 2, lo que fue inferior a los reportados ante- riormente. Contrariamente a los hallazgos de Lau et al (11), donde la educación inferior se asoció con mayor frecuencia con PIP en pacientes con demencia, encontramos que los pacien- tes con menor nivel de educación tenían me- nos probabilidades de presentar PIP. Una po- sible explicación podría ser que, al detectar un nivel sociocultural inferior, el médico de cabecera puede decidir reducir la compleji- dad de los esquemas de tratamiento con una disminución en el número de medicamentos o prestar más atención a aquellos que podrían tener un mayor riesgo de eventos adversos por no seguir las instrucciones médicas. Se necesitan más estudios para identificar si esta asociación es evidente, así como para justificarla. Uno de los puntos fuertes de nuestro estu- dio es que documentamos comorbilidades y síndromes geriátricos para evaluar su asocia- ción con PPI y polifarmacia. Asimismo, este PRESCRIPCIÓN POTENCIALMENTE INAPROPIADA Y POLIFARMACIA EN ADULTOS MAYORES CON DEMENCIA MODERADA Y SEVERA
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