INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 246
30 Informaciones Psiquiátricas 2022 - n.º 246 grupo reconoce y estimula la responsabilidad individual en el propio cuidado, la capacidad de cambio de los participantes, se vuelven a reforzar el cumplimiento de límites y normas que permite a los pacientes una actuación más organizada y ponderada, proporcionado nuevas habilidades para la resolución de pro- blemas, que facilitaran su regreso a la coti- dianidad tras su ingreso. El equipo terapéutico para el momento de la desescalada se dedica a acompañar las asociaciones de los pacientes, limitándose a efectuar preguntas abiertas que llevan a pro- mover y facilitar una mayor elaboración de los participantes. Brindando información, los par- ticipantes aclaraban todas sus dudas sobre las fases de la desescalada y sus características. El retorno de los profesionales provenien- tes de la red ambulatoria pone fin a la acti- vidad, ya que se consideró en ese momento al grupo una acción singular por el encuen- tro de los profesionales en el tiempo del confinamiento por la pandemia. Discusión Una de las imágenes colectivas para la lo- cura es la del vagabundo. El loco está representado por el errante sin sentido. El vagabundo. Por ello es necesario colocarle límites, encerrándolo y confinán- dolo para evitar que su andar enloquecido aumente 7 . Ésta es una de las funciones que cumple el ingreso hospitalario. Pero en esta ocasión, la situación del in- greso hospitalario fue diferente tanto para pacientes como terapeutas. El sentimiento de reclusión no termina con el alta, continua en el hogar, en la ciudad y país. La reclusión es una experiencia compartida por todos, como consecuencia del confinamiento por estado de alarma por COVID-19. La vulnerabilidad, el temor, la ausencia de rutinas conocidas y la incertidumbre afectan a todos y se acentúan con los pacientes que ingresan en la unidad de agudos. La dificultad para aceptar el ingreso en las condiciones de la pandemia, se pone en evidencia en las demandas iniciales manifes- tadas en el grupo, que referían a los ele- mentos básicos para la existencia: aire (abrir las ventanas) alimento (menú) y movimiento (actividades) y salud (no me visitan). Dentro de la estancia hospitalaria, la acti- vidad del grupo permitió un espacio de aco- gida y acompañamiento durante el estado de alarma 8 ; brindando una estructura cognitiva y afectiva donde contextualizar tanto la an- gustia secundaria al ingreso por sí mismo, como la vulnerabilidad ante el confinamien- to por COVID-19. Esto replica lo observado en estudios previos que evidencian los beneficios de la psicoterapia grupal en unidades de Agudos. Martín y Martínez 9 describen una disminu- ción la ansiedad en pacientes ingresados, derivada de la hospitalización como de su propia situación de crisis, gracias al aborda- je que posibilita la terapia grupal. Se observa que los participantes inicial- mente conformaron un grupo heterogéneo y desestructurado que a través del proceso se constituye en un grupo más cohesionado, capaz de aproximarse y reflexionar ante las dificultades en su estancia hospitalaria. Se aprecia como la actividad grupal per- mite a los pacientes valorar el límite como elemento de cuidado. Desde esta perspecti- va del cuidado se llega una compresión más sana de las normativas por la pandemia y del ingreso hospitalario. De esta manera surge en los participantes un sentido de responsa- bilidad individual ante el propio bienestar. Una compresión que pasa por la acepta- ción y el diálogo con aquellas situaciones Pedro Yscadar / Nuria Jaurrieta / Diego Paiva / María A. Castaño / Mercedes Pérez-Gómez / Lara Pajuelo
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