INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 245

Informaciones Psiquiátricas 2021 - n.º 245 17 vívidas para convertirse en recuerdos semán- ticos, lo que actúa de nuevo como protector de posibles lesiones cerebrales en estas áreas concretas (12). Por último, Moscovitch et al. (2006) sugirieron la Teoría de las Trazas Múltiples (TTM), en la que, la reactivación repetida de los recuerdos pasados propiciaría la creación de múltiples huellas mnésicas, lo que multiplicaría las alternativas de acceso a ese recuerdo (10). La segunda característica de la AR es que afecta más a la memoria episódica que a la semántica, si bien hay casos con afectación semántica significativa y predominante (17). Es excepcional la afectación de la memoria procedimental que se ve en algunos casos de amnesia retrógrada focal. En base al mo- delo de clasificación de la memoria desarro- llado por Tulving (1985), el tipo de memoria afectada en la AR suele ser la explícita, y más en concreto, la memoria episódica-au- tobiográfica, la cual requiere de un proce- so de reflexión, conciencia y reconstrucción para recuperar la información (18;31). Sin embargo, existen casos en los que esta al- teración en la memoria episódica cursa de forma paralela con un déficit en la memoria semántica (32). Tipos de alteraciones psicopatológicas que acompañan a la AR Las amnesias retrógradas rara vez se pre- sentan de manera aislada, con total preser- vación del resto de los dominios cognitivos o sin presencia asociada de otras alteraciones psicopatológicas. Los trastornos cognitivos que suelen presentarse asociados son la am- nesia anterógrada, el déficit ejecutivo y los trastornos atencionales. Las confabulacio- nes, la anosognosia y la indiferencia emo- cional son las alteraciones psicopatológicas que acompañan con frecuencia a la AR. Las confabulaciones son la alteración psi- copatológica más comúnmente asociada a las amnesias severas, con presencia de am- nesia anterógrada y retrógrada. Este tipo de falsos recuerdos son característicos en los pacientes con síndromes de Korsakoff. El paciente no es consciente de estar confabu- lando y, en general, tampoco de padecer un déficit mnésico. La indiferencia emocional forma parte de esta falta de conciencia de trastorno. Psicopatológicamente se diferen- cian las confabulaciones fantásticas de las más plausibles, y las espontáneas de las pro- vocadas. A nivel explicativo, el argumento más socorrido es que son formas de rellenar los vacíos de la memoria, pero eso no explica por qué el paciente opta de forma rápida por explicaciones falsas en lugar de responder que no sabe o que no recuerda los hechos. Es más probable que el paciente “no sepa que no lo sabe” y que falle el filtro de salida de respuestas o explicaciones (33). Muchos autores argumentan que las confa- bulaciones requieren no sólo de un trastorno de la memoria, sino también de un déficit ejecutivo. Levine et al. (2004) publicaron un caso que apoya esta tesis: las confabulacio- nes estaban presentes en la fase inicial de la recuperación y tras recuperar un rendimien- to óptimo de las FFEE, las confabulaciones desaparecieron (34). El trabajo de Kapur y Coughlan (1980) apoya el papel de la dis- función ejecutiva en las confabulaciones. Aportaron un estudio de caso único donde un paciente mostraba confabulaciones muy marcadas después de sufrir un daño en el lóbulo frontal. Los autores concluyeron que las confabulaciones no requerían un síndro- me amnésico global para llegar a manifes- tarse y que la severidad de la disfunción del lóbulo frontal determinaba que el tipo LA AMNESIA RETRÓGRADA EN EL DAÑO CEREBRAL (I)

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