INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 244

52 Informaciones Psiquiátricas 2021 - n.º 244 médicas de las caídas, entre las que destaca el denominado síndrome de “temor a caer- se”, suponen el inicio de la discapacidad en el anciano. Las consecuencias de las caídas suponen también un elevado coste para el sistema sociosanitario. Concretamente una de las consecuencias más graves es la frac- tura de cadera. En las personas mayores, la fractura de cadera es la causa más frecuente de ingreso en el hospital en los servicios de traumatología; se estima que en un 90% de los casos son debido a caídas y es una lesión de creciente importancia en el conjunto de la sociedad, tanto en términos económicos como sociales. Existe abundante bibliografía acerca de la prevalencia de las caídas en España. En al- gunos trabajos, según la revisión de Da Sil- va (6) la incidencia anual acumulada varía desde el 14% en personas de la comunidad hasta el 46% en ancianos institucionaliza- dos. Según otros autores (7), alrededor de un tercio de las personas mayores de 65 años se caen por lo menos una vez al año. Las caídas aumentan con la edad, así como la gravedad de las lesiones y el número de dis- capacidades crónicas que predisponen a las caídas. En el caso de mayores de 80 años esta cifra puede llegar al 50%. Después de las fracturas, las caídas son la causa de in- greso en una residencia de personas mayo- res. En las residencias, las caídas son muy frecuentes, se calcula que el 50% de los re- sidentes pueden llegar a caerse, siendo más frecuentes en mujeres. Muchas personas se caen repetidamente, aproximadamente la mitad. Constituye la principal causa de muerte de origen traumático y su coste sa- nitario es muy importante. Respecto a la etiopatogenia de las caídas, es preciso señalar las numerosas causas po- sibles que hay que tener en cuenta en cada caso: síncope, crisis epilépticas, demencia, encefalopatía metabólica y tóxica, infartos cerebrales, artritis, parkinsonismo, neuro- patías, trastornos de la marcha, trastornos vestibulares, etc. Pero en las personas ma- yores suelen ser el resultado de una serie de factores de riesgo (8). El proceso de enveje- cimiento normal va acompañado de un de- clive de múltiples funciones fisiológicas que reducen la capacidad para compensar los agentes externos que desafían la postura erguida. La reducción de la propiocepción, la pérdida de masa muscular (9), la artritis de rodillas y tobillos, los trastornos cardio- vasculares (10), el deterioro de la visión, los trastornos de la consciencia y la dismi- nución de los reflejos posturales se suman al riesgo de caídas. Las alteraciones de la sustancia blanca detectadas por Resonancia Magnética en personas mayores se han re- lacionado con la inestabilidad postural y su alteración de la movilidad (11). El concepto de fragilidad surgido hace años y que se ha ido consolidando, resu- me bastante bien la situación de las per- sonas mayores. Se trata de un incremento de la vulnerabilidad a estresores de baja intensidad producido por una alteración en múltiples sistemas, que conduce a una dis- minución de la reserva homeostática y de la capacidad de adaptación del organismo y predispone a eventos adversos de salud (12). La mayoría de los ancianos que se caen presentan varios factores de riesgo o predis- ponentes. Una gran proporción de las caídas es accidental, resultado de la interacción entre un paciente debilitado y un posible riesgo del entorno (13). Algunos factores de riesgo son: la toma de psicofármacos, antihipertensivos, anti- arrítmicos y otros fármacos. Factores pro- tectores pueden ser el uso de ropa y cal- E. González-Pablos / I. Herreros Guilarte / J. Aguado Rodríguez / J.J. Almagro López / F.J. Subirá Pérez / G. Hoyos Villagrá / J.M. Valles de la Calle / N. Miguel de Diego / E. Negro González / C. Martín-Lorenzo

RkJQdWJsaXNoZXIy MzkyOTU=