INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 243
70 Informaciones Psiquiátricas 2021 - n.º 243 (cognitiva, emocional, y conductual), y de la sintomatología depresiva en el grupo expe- rimental después de la fase de tratamiento. Consideran que el estigma internalizado es un factor clave en la recuperación, la calidad de vida y el funcionamiento de las personas con enfermedad mental severa y que se ne- cesitan programas de intervención efectivos. Para otros autores (26), la estrategia se plantea en dos grandes objetivos: interrum- pir los procesos de estigmatización y dismi- nuir el impacto que el estigma tiene sobre las personas afectadas. Siendo necesario en- tre otras cosas: información correcta, facili- tar la interacción y los contactos sociales, favorecer la integración en la vida cotidiana de las personas con problemas de salud men- tal, la participación en los movimientos aso- ciativos de familiares y personas afectadas, recibir los apoyos necesarios para residir en entornos vecinales, trabajar en empleos reconocidos y mantener relaciones sociales significativas. La red de investigación INDIGO (27) tam- bién ha abordado los estudios de interven- ción para reducir el estigma y la discrimina- ción. En conjunto, estos análisis se pueden resumir en que: a) el contacto social (es decir, contacto interpersonal entre personas con y sin experiencia de enfermedad mental) es el componente activo comprobado con más potencia para reducir estigma y discri- minación relacionados con las enfermedades mentales; b) este contacto social es más efi- caz en contextos educativos para personas jóvenes; c) hay evidencia emergente de que el contacto con medios virtuales/sociales puede ser tan eficaz como el contacto con personas. En un interesante artículo acerca de las experiencias en los programas para erradicar el estigma, Corrigan (28) advierte de algu- nas enseñanzas, así: Educación o contacto. La investigación se- ñala que la educación tiene una escasa re- percusión en el prejuicio y la discriminación. Refiere varios estudios de revisión que de- mostraron un incremento significativo en el conocimiento poblacional de que enferme- dades como la depresión y la esquizofrenia tienen un componente genético y, por tanto, son trastornos del cerebro. A pesar de este cambio, no se observó ninguna mejora en el estigma de la depresión y el estigma de la esquizofrenia empeoró. El estigma se definió aquí como aceptar de vecino o de compañero de trabajo a una persona etiquetada como “esquizofrénica”. Pese a los incrementos del conocimiento, no se ha modificado el estig- ma o ha empeorado. Los programas que enmarcan "la enferme- dad mental como un trastorno del cerebro", se relacionan con las creencias de que las personas con enfermedades mentales son peligrosas e incompetentes. Los modelos ge- néticos también condujeron a la población a creer que las personas no se restablecerán, que las enfermedades mentales están enrai- zadas. Varios estudios de investigación han contrastado directamente los efectos de la educación y el contacto. Los resultados de- mostraron que el contacto personal, en com- paración con la formación educativa, generó un cambio significativamente mayor en las actitudes y en las intenciones de las con- ductas. En los estudios de seguimiento, las interacciones en persona con individuos que tienen enfermedades mentales tuvieron más repercusión que escuchar sus historias a tra- vés de un video. La lucha contra el estigma es más que cambiar las palabras. Algunos profesionales consideran que modificando los nombres de la enfermedad mental se reduce su estigma, especialmente en las que puedan tener un E. González-Pablos / C. Martin-Lorenzo
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