INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 243

32 Informaciones Psiquiátricas 2021 - n.º 243 Por otro lado la investigación hasta la fecha se ha centrado principalmente en las características de los niños y las experien- cias previas al cuidado, más que en correla- tos centrados en la ubicación. En un estu- dio realizado (24) con una muestra de 1324 adolescentes israelíes (árabes y judíos de 11 a 19 años en 32 entornos terapéuticos y de rehabilitación) que completaron un cuestio- nario estructurado anónimo se encontró que el 44,2% de los adolescentes informaron que desde su ingreso al entorno actual habían huido o habían intentado huir al menos una vez. Se encontró que la inclinación a com- portamientos fugitivos más frecuentes era mayor para los adolescentes de más edad, los adolescentes que habían estado en la institución por períodos más largos, los que tenían más dificultades de adaptación, los que habían experimentado más violencia fí- sica por parte de sus compañeros y el perso- nal en el entorno de atención residencial y aquellos que percibían al personal como es- tricto y poco comprensivo. El comportamien- to de fuga se asoció positivamente con el lu- gar de residencia en entornos judíos (frente a entornos árabes) y se negativamente con el tamaño de la institución. La interacción entre género y afiliación étnica mostró que las diferencias de género eran más extremas dentro del grupo árabe que dentro del grupo judío. Estos hallazgos demuestran la necesi- dad de una perspectiva ecológica al abordar el comportamiento de fuga de los adolescen- tes en el sistema de atención además de un cambio creciente en la literatura de pasar de considerar la huida del cuidado como un des- vío personal y síntoma de comportamiento patológico a verlo como un fenómeno afec- tado en gran medida por el contexto en el que vive el niño. Los formuladores de políticas y los profe- sionales deben ser conscientes de los facto- res de riesgo multinivel de los adolescentes que huyen de los centros de atención. Esta conciencia puede ayudar a capacitar al per- sonal para identificar a los jóvenes en riesgo de fuga, así como los entornos que tienen más probabilidades de tener fugitivos, y para desarrollar programas de intervención dise- ñados para reducir ese riesgo(22). Lorena Delgado Magro / CSMIJ Martorell

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