Informaciones Psiquiátricas - Cuarto trimestre 2000. Número 162

La asistencia psicogeriátrica en Alemania

Juan Valdés-Stauber
Doctor en Medicina. Ldo. en Filosofía
Especialista en Psiquiatría y Psicoterapia
Jefe Policlínica de Psiquiatría y Psicoterapia
Bezirkskrankenhaus Kaufbeuren (Alemania)

RESUMEN

Tras realizar una revisión histórica exponemos en el presente trabajo la estruc-tura y características de los diferentes dispositivos implicados en la asistencia psi-cogeriátrica alemana, la cual muestra una especial complejidad al combinar recursos generales de las redes social y sanitaria con dispositivos especializados. La tradición de la psiquiatría alemana —que distingue como áreas asistenciales fundamentales la psiquiatría general, las toxicomanías y la psicogeriatría—, la creación de la subespecialidad Geriatría Clínica en 1993, así como la implementación progresiva de las recomendaciones de la Comisión de Expertos del Gobierno Federal en 1988 —especialmente la creación de Complejos Psicogeriátricos— consolidan la identidad de la Psicogeriatría a la vez que permiten la mejora de su calidad asistencial. En los últimos cinco años se registra una considerable actividad científica, organizativa y programática por parte de las asociaciones relacionadas con la Psicogeriatría clínica. Elementos específicos del ámbito cultural alemán actual son: la exhortación a coordinar los recursos sociales y sanitarios ya existentes; la introducción de cualificaciones curriculares; la mayor atención a dispositivos residenciales, incluyendo su supervisión; la potenciación de la asistencia ambulatoria; el control de la calidad de la atención y de las medidas restrictivas; los avances de la psicoterapia geriátrica así como, finalmente, la solidaridad entre las generaciones.

Palabras clave: Psicogeriatría. Complejos psicogeriátricos. Asistencia psicogeriátrica en Alemania.

SUMMARY

In this review we discuss the structure and characteristics of german psychogeriatric care services after we have outlined the historical roots of themselves. The psychogeriatric health system is complex because it joins common services of social and health networks with specialized resorts. The identity of psychogeriatrics and the improvement of its care quality lean on three factors: first, the traditionally splitting of psychiatric care in different consolided areas, so general psychiatry, substance abuse and psychogeriatrics; second, the introduction of a new «Clinical Geriatry» curriculum since 1993; third, the progressive implementation of suggestions done 1988 by the Comission of Experts designated by the German Government, specially the creation of so-called «Psychogeriatric Centers». In the last five years there was given a substantial scientific, care management and planing activity by the societies releated to clinical psychogeriatrics. We propose following specific aspects of present german psychogeriatric care policy: the exhortation to coordinate both social and health resorts already existing; the creation of well defined and specialized education and training; the focussing on supervision of residential care from a psychogeriatric point of view; the improvement of outpatient care; control of care quality and restraint measures; the rise of geriatric psychotherapy and finally, the appeal to a solidarity between younger and older generations.

Key words: Psychogeriatry. Psychogeriatric Centers. Psychogeriatric care in Germany.

RAÍCES HISTÓRICAS DE LA ASISTENCIA PSICOGERIÁTRICA EN ALEMANIA

En los aproximadamente 200 años con los que cuenta la historia de la psiquiatría moderna, que arranca con el espíritu de la ilustración, las personas mayores afectas de trastornos mentales han sido tratadas en Alemania hasta mediados de los años setenta en el mejor de los casos por los médicos de cabecera, raramente por neuropsiquiatras y cuando las enfermedades en su estado avanzado desbordaban a profesionales y cuidadores, los afectados eran ingresados en instituciones manicomiales.

Tanto la psiquiatría clínica como la investigación psiquiátrica en lengua alemana habían sido extraordinariamente fecundas en los cien años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, especialmente desde Griesinger. Al igual que en las otras dos grandes potencias europeas —Francia e Inglaterra— se construyeron a lo largo del s. XIX múltiples manicomios, especialmente en el último tercio del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX, aprovechando en gran parte monasterios provenientes de la desamortización. Mientras en Inglaterra existían desde los albores de la Psiquiatría moderna gremios que controlaban las actividades en los manicomios, en los demás países dominó una despreocupación por tales instituciones —más allá del símbólico movimiento no-restraint a principios del siglo XIX—, comprensible desde el Zeitgeist así como desde los profundos cambios en la estructura social como resultado de la Revolución Industrial.

En el campo teórico se desarrolla a mediados del s. XIX en Alemania la teoría de la psicosis unitaria apoyándose y oponiéndose a la vez a la teoría degeneracional francesa. Se desarrolla una corriente anatomoclínica en cierta oposición a las concepciones fisiológico-clínicas inglesas. Los esfuerzos nosográficos y nosotáxicos culminan con la obra de Kraepelin, la psicopatología con Jaspers y K. Schneider y la corriente clínica con la monumental obra coordinada por Bumke. En la transición del siglo XIX al XX surge y se extiende rápidamente la psicoterapia de la mano de Freud en oposición al organicismo imperante. Tanto el enriquecimiento como el entumecimiento de la psiquiatría alemana posterior son reconstruibles en función de la dinámica que en cada momento histórico ha presentado la dialéctica biologicismo-psicologicismo.

El tercer pilar de la psiquiatría alemana surge en las décadas segunda y tercera del s. XX con el concepto de «compren-sibilidad» aplicado a algunos trastornos psicóticos —en oposición a las tesis de Jaspers— tal en las obras de Gaupp y Kretschmer. Por otra parte, surge la medicina psicosomática de la mano de internistas como Weizsäcker así como la psiquiatría antropológica a partir de psiquiatras-filósofos como Binswan-ger, basándose ambas en un nuevo concepto de «biografía» que haga comprensible y otorgue sentido a la enfermedad para la persona concreta: la subjetualidad ha sido enriquecida por medio de la introducción de la subjetividad. De esta ma-nera tienen cabida los colectivos que el psicoanálisis había excluído mutatis mutandis: las personas afectas de toxicomanías, los enfermos psicóticos y los ancianos. Precisamente esta tradición antropológica ha enriquecido en gran manera la psicogeriatría así como la gerocultura (Altenpflege) alemanas de las últimas décadas.

Con el advenimiento del nazismo, la medicina —y especialmente la psiquiatría— se sume en un período histórico oscuro, tenebroso y execrable. Las entonces consideradas «vidas sin valor» podían ser extinguidas por ley y sin piedad; las instituciones manicomiales se convirtieron en instrumentos al servicio de un delirio megalomaníaco y sádico dictado, promovido y sancionado por un terror de estado. No es de extrañar que los médicos alemanes no sintieran en las décadas de postguerra especial interés por la psiquiatría, como atestigua el reducido número de neuropsiquiatras hasta finales de los años setenta. En este estado de cosas acontece un hecho que ha de cambiar el rumbo de la psiquiatría alemana: la presentación de un extenso informe sobre el statu quo de la asistencia psiquiátrica (Psychiatrie-Enquête) en el año 1975, que había venido fraguándose desde finales de los años sesenta a partir de iniciativas parlamentarias singulares así como del consenso progresista de una centena de expertos.

Las cuatro tesis o recomendaciones centrales del mencionado informe parlamentario pueden resumirse como sigue: organización comunitaria de la asistencia; atención individualizada y global de todos los enfermos y discapacitados psíquicos; coordinación de todos los recursos asistenciales y, finalmente, igualdad de derechos para los enfermos psíquicos y somáticos, habiendo de predominar la asistencia en régimen ambulatorio, de recursos intermedios y rehabilitadora sobre la atención en régimen de ingreso hospitalario.

POLÍTICA SANITARIA ALEMANA ACTUAL: LA IMPORTANCIA DE LA PSICOGERIATRÍA

En Alemania se invierte en sanidad casi el 11% del PIB (España 5,8%), siendo este uno de los porcentajes más elevados del mundo. Los costes de las prestaciones sociales se elevan al 30,5% del producto interior bruto (España 22,4%). La asistencia en salud mental supone un 10-15% del presupuesto sanitario. La psicogeriatría representa en los hospitales psiquiátricos y en las unidades de psiquiatría de los hospitales generales un 20% de la actividad en régimen de hospitalización. Cuanto más consecuentemente comunitaria sea la asistencia asumida por un centro o unidad psiquiátrica, más reducido es el porcentaje de actividad en régimen de ingreso con respecto al total. Este giro está en función directa a la intensidad del apoyo a residencias de la tercera edad así como de la asistencia domiciliaria especializada.

En cuanto a los costes de la asistencia psicogeriátrica, tomemos como ejemplo representativo el estudio realizado en la region Oberbergischer Kreis, donde se implementó en su momento un proyecto piloto: El 37% de los costes de la asistencia psiquiátrica recayeron en dispositivos comunitarios del eje vivienda, de los cuales el 24% correspondía a las residencias de la tercera edad, incluidas aquellas con unidades de enfermería. Considerando específicamente el grupo de los mayores de 60 años, el 64% del presupuesto recayó en las residencias, el 30% en la atención hospitalaria y tan sólo el 6% en la asistencia ambulatoria. De este presupuesto, la cobertura de la asistencia de pacientes con demencias supuso el 15%, del cual el 75% fue absorbido por estructuras residenciales, el 23% por unidades hospitalarias y el 2% por la asistencia ambulatoria.

Con la Psychiatrie-Enquête anteriormente mencionada se dio un espaldarazo tanto a la creación de unidades de hospitalización psiquiátrica en hospitales generales como a una progresiva externalización de pacientes de larga estancia a la vez que se consolidan en los hospita-les psiquiátricos tres áreas fundamentales de asistencia: las áreas de psiquiatría general, toxicomanías y psicogeriátricas. Actualmente lo habitual es que los hospitales psiquiátricos dispongan de un departamento psicogeriátrico especializado, aunque las diferencias de calidad asistencial entre ellos sean relevantes.

La Psychiatrie-Enquête dedica un capítulo (7.2.3, págs. 254-257) a la asistencia psicogeriátrica, pergeñando los elementos fundamentales para la constitución de una red asistencial psicogeriátrica regional:

  • Promueve la creación de servicios ambulatorios o centros de salud mental psicogeriátricos (gerontopsychiatrische Ambulanzen) así como de hospitales de día especializados.
  • En los centros psiquiátricos —incluidas las clínicas universitarias— han de constituirse departamentos psicogeriátricos diferenciados.
  • Los elementos fundamentales de la red regional especializada habrían de ser: centro de salud mental psicogeriátrico, hospital de día, así como una «assessment unit» y habría de prestar sus servicios a una población de unos 250.000 habitantes.
  • Asimismo, exhorta a asegurar una atención continua y cualificada a todas las residencias de la tercera edad en forma de visitas médicas regulares, interconsultas y asistencia urgente a domicilio.

En 1980 el Gobierno Federal decide la puesta en marcha de un proyecto piloto para la reforma de la asistencia psiquiátrica y psicoterápica. La Comisión de Expertos para la Reforma Psiquiátrica, nombrada por el Gobierno Federal, elabora un informe (publicado en 1988) basándose en los resultados de este proyecto piloto y que contiene una serie de «Recomendaciones» con un capítulo dedicado a la psicogeriatría (págs. 250-254). Sus conclusiones se basan en seis premisas que llevan a las siguientes recomendaciones:

  • Se descarta la creación de «assessment units» por significar una duplicación de servicios a la vista del positivo desarrollo de los departamentos psicogeriátricos.
  • Se exhorta a potenciar la asistencia «extramural», que ha de estar coordinada con las estructuras psiquiátricas intermedias existentes.
  • El núcleo de las recomendaciones pasa a ser el ya propuesto en la Psychiatrie-Enquête «complejo psicogeriátrico» (Gerontopsychiatrisches Zentrum) como motor de la asistencia psicogeriátrica en cada región. Este ha de estar integrado por tres elementos fundamentales: un hospital de día, un centro de salud psicogeriátrico así como una red de asistencia y asesoramiento en cuestiones de la tercera edad (apoyo y consejo a afectados y familiares; promoción de grupos de autoayuda; tramitación de ayudas a través de las estructuras asistenciales existentes así como cooperación con las mismas; centralización de informaciones, actividades públicas, etc.)
  • Los equipos ambulatorios habrían de asumir las siguientes actividades:
    • Apoyo a médicos de familia y de otras especialidades involucrados en la asistencia de pacientes geriátricos.
    • Psiquiatría de enlace con residencias de la tercera edad.
    • Diagnóstico, orientación y apoyo por medio de visitas a domicilio, especialmente en colaboración con los servicios sociales.
    • Asesoramiento y apoyo a las familias y cuidadores.
    • Subsanamiento de lagunas existentes en la asistencia ambulatoria, p. ej., por medio de la creación de terapias grupales específicas, etc.

El primer complejo psicogeriátrico se creó en Gütersloh en el año 1991. En 1998, diez años tras la publicación de las Recomendaciones de los Expertos nombrados por el Gobierno se celebró en esta ciudad un congreso para evaluar los progresos de la última década1. Un estudio a nivel nacional publicado pocos años antes describe las características diferenciales de los complejos existentes.

En la última década del s. XX —marcada por el acontecimiento histórico de la reunificación alemana— han sido introducidas una serie de reformas en política asistencial de gran relevancia.

Hemos de destacar, en primer lugar, la entrada en vigor a principios de la década de los noventa de un seguro obligatorio de cuidados de enfermería para personas discapacitadas (Pflegeversicherung) que se desgaja del seguro de enfermedad. Este nuevo seguro considera tres niveles de gravedad y se orienta por criterios de disfuncionalidad fundamentalmente física, por lo que deja en inferioridad de condiciones al amplio grupo de las demencias, como se ha demostrado en un estudio reciente.

Otra novedad ha sido la publicación e implantación por orden gubernamental de una reglamentación precisa sobre la dotación de personal cualificado en las instituciones psiquiátricas (Psychiatrie-Personalverordnung) que es calculada en base a unidades de 16-18 plazas y en función de cinco categorías —según la especificidad terapéutica— aplicadas a cuatro ámbitos de la asistencia psiquiátrica: toxicomanías, psiquiatría general, psicogeriatría y paidopsiquiatría. Asimismo, en 1993 se creó la subespecialidad de Geriatría Clínica (Fakultative Weiterbildung Klinische Geriatrie). El informe de 1994 sobre los cambios demográficos a cargo de la Enquête-Kommission, las reformas sobre dotación de personal en residencias de la tercera edad, el informe sobre calidad en la asistencia psicogeriátrica publicado por la Sociedad Alemana de Psicogeriatría y Geropsicoterapia en 1996, la publicación de guías por parte del Ministerio de Sanidad para la asistencia psicogeriátrica, la pujante iniciativa ética de protección al anciano «Actuar en lugar de abusar», así como el creciente control jurídico y ético de las medidas de contención —especialmente mecánicas— tanto en unidades hospitalarias como residenciales junto a programas de detección precoz de la enfermedad de Alzheimer15 son otros de los acontecimientos que han marcado la evolución de los ultimos años.

Hay que destacar la puesta en marcha de una formación curricular en psicoterapia geriátrica en atención a la discrepancia entre el 1% que son tratados frente al 10% de los mayores de 60 años que precisarían de un tratamiento psicoterápico especializado.

Finalmente, no hemos de olvidar las dos importantes reformas en política sanitaria: la Gesundheitsstrukturgesetz y la Gesundheitsreform 2000, en las que la psiquiatría ha sido preservada de los grandes recortes presupuestarios en atención a su especificidad y su necesidad de desarrollo, por disponer aún de la normativa de dotación de personal especializado (PsychPV), así como por no tener que asumir la financiación a partir del año 2003 en función de Diagnosis releated groups (DRG’s). Sin embargo, la psiquiatría está obligada por ley —al igual que el resto de la medicina— a introducir programas de control de calidad (Art. 135a SGB V) desde el 1de enero del año 2000. Ello obliga a un giro en la tradicional evaluación cualitativa de la asistencia hacia una evaluación cuantitativa del rendimiento (tabla I).

DATOS EPIDEMIOLÓGICOS ACERCA DE LA ASISTENCIA PSICOGERIÁTRICA EN ALEMANIA

Alemania es el país más poblado de Europa occidental con 82 millones de habitantes, de los cuales el 10% son extranjeros. La pirámide poblacional es la típica de países industrializados con inversión paulatina de base y vértices así como con muescas correspondientes a las dos guerras mundiales. Se calcula que casi el 25% de las personas mayores de 65 años padece un trastorno mental que precisa tratamiento psiquiátrico. Esta proporción se eleva para el conjunto de instituciones residenciales a más del 40%. El tratamiento es asumido fundamentalmente por los médicos de familia así como de manera creciente por la asistencia especializada a cargo de equipos ambulatorios y policlínicas psicogeriátricas organizadas o no como complejos psicogeriátricos.

Las demencias y los trastornos afectivos son tanto desde un punto de vista cuantitativo como asistencial las patologías más relevantes en psicogeriatría. Los estudios epidemiológicos alemanes muestran para las demencias avanzadas una prevalencia del 4-8%, cifra semejante a la de las demencias leves. Para el grupo de edad 65-69 años tenemos una prevalencia del 2%, para el grupo de 80-84 años aumenta la misma a 8-13% y para los mayores de 90 años supone 25-42%. La demencia tipo Alzheimer supone el 60% de los casos, seguido de las demencias vasculares con un 30% y de un 10% de causas varias.

La perspectiva de vida desde el diagnóstico es de 4,7-8,1 años para la demencia de tipo Alzheimer y un año menos para las vasculares. El 20% de las personas mayores de 65 años presenta síntomas depresivos, el 10% cuadros depresivos completos y el 1% cuadros severos; la cifra de personas con síntomas depresivos se eleva a 40% en las residencias de la tercera edad. En el 4% de este grupo de edad se diagnostican cuadros delirantes, mientras que el alcoholismo disminuye al 0,5-2% y los trastornos neuróticos, de personalidad y reactivos se diagnostican en el 8,7-10,8% de la población; en estos últimos se subsumen los trastornos de angustia, frecuentemente diagnosticados como trastornos de adaptación a diferencia de los países de influencia anglosajona, incluida España. Entre los cien medicamentos más recetados a las personas del grupo de edad entre 71-80 años no aparecen ningún antidepresivo ni neuroléptico; sin embargo, entre los 15 más recetados se encuentran tres benzodiacepinas.

Cuatro millones y medio de ciudadanos precisan de atención domiciliaria por parte de los equipos de enfermería ambulatorios, a cargo en su mayor parte de organizaciones caritativas y benéficas, también privadas, financiados por los seguros de enfermedad (Krankenversicherung) y de cuidados de enfermería por discapacidad (Pflegeversicherung). De los cuatro millones y medio anteriormente mencionados, un millón y medio precisan ayuda tanto en cuestiones domésticas como en asistencia de enfermería en sentido estricto. De ellos, 800.000 precisan estas ayudas diariamente. El 80% de los ancianos que precisan tales ayudas viven en viviendas particulares y tan sólo el 20% en dispositivos residenciales. En cuanto a la asistencia específicamente psicogeriátrica en régimen de ingreso se cuenta con 0,22 camas hospitalarias por 1.000 habitantes.

En Alemania la esperanza de vida es de 73 años para los hombres y de 80 para las mujeres. La población mayor de 60 años supone el 21% del total y se estima que ascenderá en el año 2030 al 38%. De los 34 millones de hogares que hay en Alemania, el 35% están formados por una sola persona, especialmente en los núcleos urbanos.

En el grupo de las personas mayores de 75 años, el 68% de las mujeres y el 26% de los hombres viven solos. El 75% de las personas ancianas que precisan cuidados de enfermería por discapacidad son atendidos por sus familiares, cifra que irá disminuyendo en los próximos años por razones sociológicas. El 50% de las mujeres cuidadoras son mayores de 65 años y el 25% mayores de 75 años. En Alemania viven muchas menos personas en instituciones residenciales que en otros países; en los años 80, el 3,9% de los mayores de 65 años frente al 12% en Holanda o el 6% en Inglaterra. La proporción aumenta, sin embargo, con la edad. El 0,25% de la población trabaja en servicios sociales para la tercera edad (Vid. revisión en(21) y (14)). Ante la inversión de las proporciones entre las generaciones en función de los cambios demográficos, se comienza a proclamar una solidaridad entre las mismas en lugar de acicatar el conflicto entre ellas y hacer de los ancianos chivos expiatorios de muchos de los problemas de la sociedad.

ESTRUCTURAS ASISTENCIALES PSICOGERIÁTRICAS EN ALEMANIA

Entre las asociaciones que representan los intereses psicogeriátricos destacan la DGGPP (Deutsche Gesellschaft für Gerontopsychiatrie und psychotherapie), que ha desarrollado en los últimos cinco años una amplia actividad en forma de grupos de trabajo (psicoterapia, ética, control de calidad, cualificaciones, integración de recursos, etc.), así como posicionamientos públicos, elaboración de líneas directrices e informes técnicos.

La red socio-sanitaria psicogeriátrica dispone de un amplio conjunto de dispositivos, que podrían ser agrupados en dos bloques: por una parte los dispositivos correspondientes a una asistencia básica y, por otra, aquellos considerados como específicos o especializados (tabla II).

Dentro de los primeros consideramos las unidades móviles de enfermería, la asistencia médica de nivel primario —especialmente los médicos de familia y en menor medida los psiquiatras del nivel primario—, los equipos llamados psiquiátrico-sociales y, finalmente, los grupos de apoyo a familias, el voluntariado y los grupos de autoayuda.

Dentro del grupo de los dispositivos especiales se cuentan los equipos ambulatorios o policlínicas psicogeriátricas, los hospitales de día psicogeriátricos, los centros de día geriátricos y los complejos psicogeriátricos. Existen unos 100.000 equipos ambulatorios de enfermería, recomendándose la creación de 1 por 20.000 habitantes. En el campo de la psicogeriatría se debería desarrollar la llamada enfermería activante con carácter rehabilitador; se coordinan con servicios móviles de apoyo (mobile Hilfsdienste), con servicios de cocina a domicilio (Essen auf Rädern) así como con sistemas de alarma médica (Hausnotruf) (tabla III).

El 90% de las personas mayores acuden regularmente a su médico de familia. El 20% de los pacientes de consultas psiquiátricas son mayores de 65 años; sin embargo, el 50% de los actos médicos psicogeriátricos no son realizados por psiquiatras, por lo que los médicos de familia resultan ser la piedra angular en cuanto a la identificación de las necesidades y a la derivación a recursos específicos, desde fisioterapia a ingresos hospitalarios. Los servicios psiquiátrico-sociales (Sozialpsychiatrische Dienste) se encuentran distribuidos uniformemente por todo el país y tienen una importante función identificadora de necesidades, de coordinación de recursos así como de asistencia domiciliaria. El voluntariado está muy extendido: las asociaciones caritativas cuentan con 800.000 voluntarios y existen otros 22.000 grupos independientes.

En Alemania se contabilizan 3.600 grupos de autoayuda diferenciados mayormente por enfermedades (Alzheimer, Corea, Parkinson, Osteoporosis, dolor crónico, enfermedades reumáticas invalidantes, etc.). De los 107 departamentos psicogeriátricos, el 55% dispone de grupos de apoyo a familiares. El 30% de los equipos ambulatorios específicamente psicogeriátricos, centros de salud psicogeriátricos o policlínicas especializadas (70 en la actualidad) atienden entre 100 y 500 pacientes al año, el 15% entre 500-1.000 y el 6% más de 1.000.

Los complejos psicogeriátricos en sentido estricto tal y como hemos definido anteriormente son escasos. Actualmente se contabilizan un total de 31 hospitales de día con 465 plazas que acogen fundamentalmente personas afectas de depresiones y demencias leves y tienen un carácter rehabilitador. Los centros de día geriátricos tienen la función fundamental de descarga de los cuidadores; en los aproximadamente 230 centros de este tipo el 67% de las personas tratadas presentan trastornos psiquiátricos; se calcula como índice adecuado un número de plazas por región correspondiente al 0,3% de la población mayor de 65 años o bien 2 por 1.000 habitantes.

Dentro de las modalidades de vivienda, los dispositivos residenciales ocupan un lugar predominante. Distinguimos cuatro formas de vivienda institucional: las residencias de ancianos en sentido amplio (Altenheime), las residencias compuestas de miniviviendas o apartamentos (Altenwohnheime), las residencias —o unidades dentro de las residencias— con unidades de enfermería (Plegeheime) y, finalmente, complejos residenciales (Wohnstifte), dotados de un servicio más diferenciado. Las unidades de residencia breve para cuidados de enfermería (Kurzzeitpflege) para descarga de los cuidadores y evitación de ingreso en una residencia son de gran importancia y merecen una mención especial. El Curatorio Alemán de Ayuda a la Tercera Edad (KDA) favorece el establecimiento de nuevas formas alternativas de vivienda para aumentar el espectro de posibilidades a la vez que las dignifica: comunidades de viviendas (Hausgemeinschaften), pisos asistidos (betreutes Wohnen), comunidades terapéuticas (therapeutische Wohngemeinschaften) o viviendas compartidas con familias jóvenes, viviendas habilitadas para discapacitados (behindertengerechte Wohnungen), etc.

CONCLUSIONES

En Alemania existe actualmente un consenso acerca de los siguientes aspectos de la asistencia psciogeriátrica, que constituye a su vez un programa de mejoras para el futuro:

  1. Se detectan grandes diferencias interregionales en la calidad asistencial psicogeriátrica; en conjunto, los recursos son insuficientes para atender dignamente a todos los que lo precisan.
  2. Se rechaza la creación de una red psicogeriátrica específica y se propone mejorar las estructuras existentes, cualificar mejor a los profesionales y, por otra parte, desarrollar la cooperación y coordinación de las estructuras sanitarias, sociales y comunitarias para la tercera edad ya existentes.
  3. Mantener las personas mayores afectadas de trastornos mentales —especialmente demencias— el mayor tiempo posible en su medio doméstico propio.
  4. La atención especializada ha de ser prioritariamente ambulatoria y con visitas domiciliarias.
  5. La atención en hospitales de día ha de anteponerse al ingreso hospitalario.
  6. La atención ha de ser incontestablemente multiprofesional debido a la complejidad de las situaciones a tratar así como a la multimorbilidad.
  7. Ha de ser potenciada la psicoterapia geriátrica.
  8. El control de la calidad asistencial en las residencias ha de ser regulado de manera más rigurosa así como la mejora de la cualificación de los profesionales que en ellos trabajan.
  9. Los aspectos éticos y jurídicos —como por ejemplo la aplicación de contenciones mecánicas— han de ser objeto de mayor consideración.
  10. Finalmente, se insta a aunar los recursos sanitarios y sociales, apoyar a los cuidadores y favorecer cada cual desde su responsabilidad la solidaridad entre las generaciones.

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