INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 243

54 Informaciones Psiquiátricas 2021 - n.º 243 Introducción Vivir la amenaza desconocida de un virus potencialmente letal al que nadie sabe cómo abordar, no poder moverse de casa ni para atender a los familiares que no son convi- vientes, encender el televisor y escuchar exclusivamente noticias sobre contagios y muertes, sanitarios absolutamente desbor- dados… son imágenes de un escenario vi- vido que supera la ficción. Bien es cierto que la COVID-19 no ha desaparecido, sigue llenando hospitales y afectando a todo tipo de personas, con independencia de su edad y condición, pero quizás por el tiempo que ha transcurrido desde el inicio de la pandemia, una mayor información sobre su abordaje y un mayor conocimiento de los métodos de prevención y de las estrategias para afron- tarlo, han modificado sensiblemente la si- tuación que vivimos. Nos remontamos a aquellos inicios, 14 de marzo de 2020, en los que prácticamente de un día para otro, nos vemos obligados a en- cerrarnos en casa, a mantener un contacto indirecto con quienes queremos, pero viven en otros domicilios y a romper totalmente con nuestra rutina diaria. En definitiva, un momento de caos que se agravó a los pocos días del confinamiento y que supuso una de- manda de ayuda psicológica para situaciones personales de lo más diversas (1). El encierro en casa disparó sintomatologías que desem- bocaron en cuadros de ansiedad y depresión principalmente, como describiremos en este artículo y en la línea de otras publicaciones al respecto que citaremos. Personas que padecieron la enfermedad, sanitarios que se veían desbordados o cui- dadores que ni siquiera podían atender a sus familiares dependientes en otros domicilios. De forma general, en España, se pudieron identificar dos colectivos especialmente vul- nerables: los profesionales sanitarios que vi- vieron en primera línea el problema del con- tagio, con sobrecarga y en unas condiciones precarias en cuanto a medidas de seguridad y sus familiares directos; por otro lado, po- blación general en situación de aislamien- to, pero vulnerables por episodios previos al confinamiento, con cuadros de ansiedad, depresión, o ambos. Otros estudios incluyen un tercer grupo, con individuos que se han visto expuestos a sucesos especialmente traumáticos (2). Al igual que otras iniciativas de ayuda psicológica realizadas en nuestro entorno, en centros de Hermanas Hospitalarias (Va- lladolid, Santander) y promovidas por otras instituciones (SACYL, COPCYL), fue en ese momento cuando el Centro Hermanas Hospi- talarias de Palencia, a través de su equipo de Psicología, habilitó un servicio gratuito de atención telefónica para personas en situa- ción de sufrimiento psíquico, quienes han sido las otras víctimas de la Covid-19 . El procedimiento seguido para este estu- dio tuvo un protocolo claramente definido fruto de la coordinación del equipo. Partió de una estrategia de difusión mediante un cartel informativo (imagen 1) y unos anun- cios emitidos en radio y en prensa escrita locales. Se crearon turnos diarios para aten- der las llamadas telefónicas que ajustaban semanalmente las psicólogas en horarios de mañana y tarde según su carga de trabajo, compaginándolo con la atención diaria a sus pacientes en el centro. Las características de la intervención psicológica estuvieron siem- pre enmarcadas desde un enfoque cognitivo- conductual. La primera prioridad del equipo fue el uso del conocimiento psicológico para informar correctamente sobre el virus, con el fin de evitar ansiedad innecesaria propia de la situación, para posteriormente prestar el apoyo más específico requerido según los M.A. Anero Carrión / C. de Pablo Mozo / Y. García Alonso / N. Miguel de Diego / M.R. Ovejero Arranz / C. González Pérez / J. Arellano López

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