Informaciones
Psiquiátricas
2019 - n.º
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Introducción
La discapacidad intelectual (DI) es una
condición que comienza durante el desarrollo
y que se define por limitaciones del funciona-
miento intelectual y deficiencias en el com-
portamiento adaptativo. Tiene una prevalen-
cia global del 1% de la población general.
Es frecuente la comorbilidad con trastornos
mentales, físicos o médicos. Así, es frecuente
encontrar: trastorno de movimientos estereo-
tipados, comportamientos autolesivos, tras-
tornos del control de los impulsos, etc. En los
casos más graves también se puede asociar
auto y heteroagresividad. (1)
Para algunos autores entre el 20-35% de
las personas con discapacidad intelectual no
institucionalizadas presentan un diagnóstico
psiquiátrico adicional (2).
Para Sadock (3), hasta dos tercios de los
niños y adultos con discapacidad intelectual
padecen otros trastornos mentales. Cuanto
más grave es la discapacidad, más alto es
el riesgo de padecer otros trastornos men-
tales. Entre el 2 y el 3% cumplen criterios
de esquizofrenia (varias veces mayor que la
tasa de la población general). Hasta el 50%
padecen trastornos del estado de ánimo. Los
síntomas psiquiátricos son muy frecuentes:
hiperactividad, conductas autolesivas (gol-
pearse, morderse), comportamientos este-
reotipados repetitivos, etc. Rasgos de per-
sonalidad frecuentes incluyen: autoestima
baja, autoimagen negativa, baja tolerancia
a la frustración, dependencia interpersonal y
estilos rígidos en la resolución de problemas.
Los síntomas psiquiátricos aislados, que
habitualmente se entienden como alteracio-
nes del comportamiento, son muy frecuentes
en esta población. Para Emerson (4), entre el
10 y el 15% presentan alteraciones de con-
ducta. Otros autores elevan la tasa hasta el
46 y 60%.(5).
Existen varios instrumentos de medida de
las alteraciones de conducta en pacientes
con trastornos mentales; en este estudio he-
mos utilizado la OAS (Overt Agession Scale)
(6), instrumento que se adapta perfectamen-
te a la definición de la Asociación Mundial
de Psiquiatria (WPA) (5): “Un problema de
conducta (PC) en la persona con discapaci-
dad intelectual se define como un comporta-
miento socialmente inaceptable que provoca
angustia, daño o desventajas para la propia
persona y los demás o daño a la propiedad, y
que por lo general requiere algún tipo de in-
tervención. Son problemas de conducta, por
ejemplo, la agresión verbal, la autoagresión,
la agresión física hacia otras personas o ha-
cia la propiedad”.
Respecto al uso de psicofármacos en esta
población también existen resultados dispa-
res, aunque el uso es muy frecuente. En una
revisión sobre el tema, recogiendo datos de
más de 30 estudios, se reconoce que el 57%
de las personas con discapacidad intelectual
los toman si están institucionalizadas, el
41% en el entorno comunitario y el 27% en
la escuela (7).
En otro trabajo se señala que entre el 14-
30% de los pacientes reciben psicofármacos
para tratar problemas de conducta de tipo
agresivo (8).
En un trabajo realizado en España (9) se
encuentran cifras más elevadas: el uso de
psicofármacos y antiepilépticos en un Hos-
pital Psiquiátrico en personas con DI era del
87,2% y en un Centro Residencial del 62,7%.
Objetivo
En una población de personas con disca-
pacidad intelectual adultas ingresadas en
un centro residencial, conocer las caracte-
rísticas de los problemas de conducta en sus
ALTERACIONES DE LA CONDUCTA EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL
ADULTAS INGRESADAS EN UN CENTRO RESIDENCIAL