INFORMACIONES PSIQUIÁTRICAS 228 - page 152

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Informaciones
Psiquiátricas
2017 - n.º 228
ya se ha reproducido. La menor
esperanza
de vida
de los hombres estaría vinculada
a la gran cantidad de conductas temerarias
sobre todo en época de cortejo. El
suicidio
como forma de muerte únicamente humana
estaría vinculado a la gran capacidad cere-
bral y la integración de conductas sociales.
El
estrés
en la vejez, incluido el estrés
por soledad, seguiría el mismo funciona-
miento, ser una respuesta de alerta excesiva
pero de origen adaptativo. El ser humano
prefiere alarmarse 100 veces que ser devo-
rado una sola vez hace que se gaste mucha
energía y se genere tensión e infelicidad. La
soledad prolongada es percibida como señal
de peligro y generaría estrés como respuesta
ante el cambio. En este sentido J. Achotegui
apunta que la selección natural nos habría
preparado para el estrés agudo (ataque de
un depredador) pero no para el crónico que
es fundamentalmente de tipo psicosocial y
propio de sociedades con roles complejos.
De hecho descenderíamos de aquellos que
superaron el estrés agudo. Algunas enfer-
medades psicogeriátricas tendrían que ver
con el mantenimiento del estrés de forma
crónica a lo largo de la vida y hasta la vejez.
Así
estar activo, dinámico
, es adaptativo
porque puede haber cambios que requieran
respuestas rápidas. En cambio no es adap-
tativo estar totalmente relajado…si llega
un peligro te coge sin fuerzas. Respecto
las adicciones
y concretamente al alcohol,
pese a que éste en pequeñas cantidades es
euforizante y va bien para la vida social, en
la vejez el consumo disminuye para mante-
ner y aumentar la propia supervivencia.
En la vejez el nivel de
lucha por los ob-
jetivos
, haya expectativas reales o no, se
mantendría hasta la muerte. El corazón se-
ría el encargado de hacer esta lucha, mien-
tras el cerebro, envejece más rápido que el
corazón.
El
sexo
, como eje de la reproducción iría
perdiendo posición respecto otros aspec-
tos humanos. El
parentesco
, junto con el
hecho que los humanos nos vinculamos de
modo muy intenso afectivamente, a través
del apego, alcanza cotas de sacrificio en pro
de las generaciones posteriores. Todo ello
a través de conductas sociales y culturales
diversas, como la aceptación de ingreso en
residencia geriátrica por parte del anciano.
Respecto la
cooperación/competición
,
los entornos de la vejez se mueven sobreto-
do en el polo de la cooperación. El ser hu-
mano siente compasión, aunque de manera
temporal, por los niños y por los ancianos,
en definitiva por los frágiles. Respecto a
los
cuidados paliativos
, el género humano
experimenta una fuerte empatía ante el su-
frimiento, sobretodo en contextos de víncu-
los familiares y apego. Se tiende a facilitar
la muerte, tanto desde la medicina como
desde la familia y la sociedad, sobretodo
en edades muy avanzadas y deterioros muy
extremos.
Sobre la
ansiedad y la fobia
, estas se
desarrollan abundantemente en la vejez,
por ejemplo en contextos de soledad, fragi-
lidad y dependencia, excesiva y por qué el
funcionamiento humano es eminentemente
preventivo. La ansiedad actúa en tres nive-
les. A nivel reptiliano supone, luchar, huir
o permanecer inmóvil, a nivel mamífero se
presenta a través del miedo y a nivel corti-
cal a través de temor a los propios impul-
sos: envidia, ambición.
Algunas
fobias
, muy humanas y cultural-
mente compartidas, permanecen y se recru-
decen en la vejez. Es el caso del miedo a la
oscuridad (peligro de salir de la cueva…),
serpientes (fobia fácil de inducir), ratas y
cucarachas (trasmisoras de enfermedades
en los hogares y más extendidas entre las
mujeres), miedo a las alturas (riesgo de
Josefa Morón Manzano
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